Descargue la Autobiografía de la Santa Laura en Formato Electrónico (Ebook) Beata Laura Montoya Upegui "Historia de las misericordias de Dios en un alma" PRÓLOGO DE LA AUTORA Con caridad perpetua te amé y por eso te atraje a mí (Jer. 31,3) Reverendo Padre: Entra en mi programa, obedecer hasta morir, porque si el amor es fuerte como la muerte, su hija la obediencia lo ha de ser también. Por eso, pasando por encima de mi deseo de quedar olvidada, comienzo a escribir esto, que puedo llamar la historia de las misericordias de Dios en un alma. Hágase Dios mío vuestra voluntad. Siempre he amado más esta adorable voluntad, cuando me sacrifica; mas, he de confesarlo: En el presente caso, siento toda la amargura del sacrificio y no sé por qué lo es. ¿Cómo ha de ser sacrificio para un alma el dar a las almas lo que su Dueño para ellas le entregó? ¡Mal andarían las cosas! ¿Será que, sin quererlo, me he alzado con alguna parte del depósito sagrado? Si así fuere, perdóneme Dios, ya que voy a cumplir este acto de justicia. Me olvidaré por completo del carácter humano de vuestra reverencia. No atenderé sino al sacerdotal; veré algo más, si cabe: a Cristo Jesús en sus relaciones con mi alma y por eso no guardaré consideraciones de molde humano; le escribiré como si lo hiciera a Dios mismo, porque si no es a Dios mismo no es posible mostrarle lo que ÉL ha guardado en el relicario más cerrado, cual es el alma humana. ¿No le parece padre mío? Para hacer estas confidencias no tengo las rejas del confesionario; pero cuento con la promesa del sigilo y sé además que por mal que exprese lo que en lengua humana no puede expresarse con fidelidad, seré comprendida porque el. Espíritu Santo le acompaña. La fe vale más que los sentidos. ¿No es verdad? Éstas son las fuentes de la libertad con que me prometo escribir esto. Supongo que vuestra reverencia no estará todavía muy hecho a mi modo de entender y de expresar las cosas, que, según me han dicho, es raro y un poco fuera del carril común; quizás porque, casi siempre que pienso o hablo, me pongo del lado de Dios y como lo ordinario es que se piense y se38 Prólogo de la autora hable colocándose del lado de acá abajo, no todos me entienden. Por eso padre mío, lo autorizo para que, cuando una idea no me quede comprensible, es decir, cuando no llene el objeto de nutrir las almas, para quienes Dios me la ha dado, me lo advierta con la libertad de quien es dueño de la cosa. Pero Dios mío, ¿cómo hablar de mi ser? ¿De cuál ser, si Tú solo eres? ¡Si mi ser no es! ¿Cómo expresar esta idea, si no tengo existencia fuera de Ti? ¿Si esto que llamo YO no es ni un punto, puesto que ese punto es un instante que se va? ¿Cómo puede decir el aire iluminado que es luz, si la que tiene está en el foco? ¿Si mi vida está en Ti, cómo puedo hablar de mi vida, si no tengo vida? ¿Si Tú solo eres Vida? ¿Si lo que tengo en mí es una muerte continuada en un medio que se va? ¿Si es un agonizar la vida humana? ¡Dios mío, vida viva, vida única! Ser único, ¿cómo puedo decir mi vida si ni es vida, ni es mía? ¿Cómo diré YO si no soy? ¡Si Tú solo eres! ¡Las palabras Yo y MI VIDA son una sombra, algo que está en Ti y que me hace temblar de respeto! Dios mío, perdóname que al escribir algo de este YO que no es y de esta vida que solo está en Ti, tome estas palabras tan impropiamente como mías y que hable de ellas como llevada de la necesidad de tomar lo que realmente no me pertenece, por falta de algo que sea propio y real. Quiero, pues, tomar estas palabras en sentido negativo. Así, cuando diga YO, quiero decir: esta que no es, y cuando diga MI VIDA., quiero decir: esta agonía con la cual es preciso acabar para encontrarla en Ti, Vida única. Tomadas en este sentido mis palabras, comienzo a cumplir tu amorosa voluntad. Cuando entro dentro de mí y veo esto que llamo MI SER se me ocurre ver, bien deslindados, dos rayones en un espacio de tiempo, el uno negro; de luz el otro. El primero es el que llamo YO y comenzó en el tiempo, cuando fue tu voluntad que existiera. El otro es lo que es tuyo y que jamás ha comenzado porque es eterno. Es aquello que mostraste cuando dijiste: "Con caridad perpetua te amé". Aquél es negro, porque es una negación de existencia propia, porque es un jirón de nada, un poquito de poquedad, porque es ignorancia y pecado. Éste es luz, porque es tuyo, porque es real, porque es amor, porque es vida, porque es un eterno presente, porque es lo que es. Con mi muerte, estos dos rayones se confundirán como si fuera uno solo y persistirá sólo la luz de tu Ser, ésta será tu gloria, ésta será mi felicidad. Los dos cabos del rayón negro estarán el uno en tu "con caridad perpetua te amé" y el otro en el término de esta frase: "por eso te atraje a mí". Sólo tiene existencia, aparentemente separada, en el tiempo. El rayón de luz es simplemente eterno. Qué dicha pensar que no puede existir mi felicidad sin tu gloria, ni ésta, sin hacerme feliz. ¡Viva tu Vida tan viva. Viva tu Ser tan existente! En esto pues que llamo mi vida, hay dos campos: el Tuyo y el mío. De ambos debo hablar. Del último hablaré sin apartarme sino aparentemente del primero. Es mi vida natural, es mi ser humano. Por éste comenzaré, sin apartar mis miradas del tuyo, que sustenta el mío.
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